Nuestra Navidad necesita un equipo Scrum

En mi país, la Navidad se traduce en varias costumbres; entre todas, una de las más importantes es elaborar las hallacas. Se trata de un plato ancestral, que mezcla costumbres indígenas y tiene influencia europea. En su preparación, intervienen ingredientes variopintos: la harina de maíz; pigmentada con el onoto o achote, se mezcla con un guiso de cerdo y gallina. A su vez, estos sabores se salpican con aceitunas, uvas pasas, alcaparras, pimentón y cebolla. El detalle más llamativo, es que se cocina envuelta en una hoja de plátano, atada en forma de regalo.

La naturaleza de este plato es tan rica, que se ha convertido en la tradición venezolana más importante. Reunirse para hacer hallacas, es una costumbre muy bonita y yo la comparo al funcionamiento de un Equipo Scrum. Durante su elaboración, familias enteras y amigos se congregan y se dividen las tareas. Existen “puestos de trabajo”, donde cada participante tiene una función. La receta es laboriosa y demanda muchas horas e incluso días enteros de faena. Lo más significativo, es que todos colaboran y juntos logran la “mejor hallaca”, que se celebra durante toda la Navidad.

Volviendo al tema del Equipo Scrum, éste está formado por grupos de trabajo, en los que suelen participar un mínimo de tres y un máximo de nueve personas. Junto a ellos, se integran el Scrum Master y el Product Owner. El Product Owner es el encargado de optimizar y maximizar el valor del producto. Se trata de la persona responsable de gestionar su flujo de valor, a través del llamado Product Backlog. 

Comparativamente, dentro de la familia venezolana, también  hay un “dueño de la hallaca”; es decir, el experto en la receta. En general, cada familia tiene su ingrediente secreto y su método para elaborar este plato. Normalmente, ese rol lo ejerce la abuela, quien concibe el plan para hacer las hallacas. Ella le proporciona orientación al resto de la familia y marca la pauta sobre las tareas que se deben realizar. Al culminar el proceso,  da el visto bueno al producto final: un plato delicioso, que se comparte entre todos y mantiene la tradición familiar. 

Como se sabe, el Scrum Master es un facilitador,  que asegura que el Equipo Scrum se rodee de un ambiente propicio para completar el proyecto con éxito. Este líder,  guía, facilita y les enseña las prácticas de Scrum a todos los involucrados en el proyecto. También elimina los obstáculos que puede encontrar el grupo y asegura que se estén siguiendo a cabalidad los procesos de Scrum. 

En nuestro ejemplo culinario, este rol lo desempeña una de las tías; preferiblemente la mejor cocinera dentro del grupo familiar. Ella apoya al resto de los parientes durante la preparación de las hallacas. Es la encargada de resolver cualquier imprevisto y se asegura de que exista un entorno ideal. La hallaca se prepara en medio de un ambiente festivo, con los participantes reunidos en torno a un gran mesón. De fondo, siempre se escucha música alegre y la conversación es sumamente amena, cargada de humor.

Volviendo al equipo Scrum, su grupo de desarrollo oscila entre tres y nueve profesionales. Ellos desarrollan el producto, organizándose y auto-gestionándose para alcanzar y entregar un incremento de software, al final del ciclo de desarrollo. De manera análoga, en la preparación de las hallacas, tenemos un equipo cross-funcional. El tío -por ejemplo- limpia las hojas de plátano. La prima extiende la masa de maíz sobre la hoja. La mamá coloca el resto de los ingredientes y la hija amarra la preparación. Todos colaboran siguiendo la pauta de una receta que se transmite de generación en generación.

En los proyectos, varios equipos multifuncionales trabajan en paralelo, para entregar soluciones al final de cada Sprint. Despuésde que cada sprint, el Producto Owneracepta o rechaza los entregables, que se basan en los criterios de aceptación. Éstos han sido acordados para el proceso de demostracióny validacióndel Sprint. En la cocina de nuestra singular hallaca, ocurre algo similar.Luego de hacer las primeras unidades, la abuela realiza el sprint review, con el fin de que sean aceptadas por el Producto Owner. Después de este paso,  continuará el próximosprint de hallacas.

Al final, la familia reunida comenta sobre lo que salió bien en el sprint anterior. También se mencionan los procesos y pasos que deben mejorar. El fin es que las hallacas del próximo año sean mejores. Más allá de todo este análisis, siempre se llega a la misma conclusión: nuestras hallacas son deliciosas y, digan lo que digan: ¡la mejor hallaca la hace mi mamá!.

La elaboración de nuestro plato navideño, es una tradición hermosa,  que se transmite de una generación a otra, desde los tiempos de la colonia. Para los que están fuera de Venezuela y no pueden disfrutar de la compañía de la familia, es la mejor manera de acercarse al país, conservar la costumbre y enseñársela a los más pequeños.

Te deseo de todo corazón una Navidad feliz, para ti y tu familia. ¡Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo!

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